¡Yuhuuu vacaciones!
Comenzamos nuestra peregrinación anual a las tierras del norte. Esta vez nos juntamos Gontzal, Fernan, Txarli y yo. Como primera parada nos acercamos a Bramans, en la región de Haute Marienne, en esta zona no hay demasiadas cascadas, pero esta joya escondida en un barranco bien merece una visita.
Esta es la primera visión que tenemos de Glacenost. Aterrador y bello a la vez.
En un microbus, que amablemente ponen los lugareños. se puede acceder hasta el borde mismo de este barranco, desde aquí una empinada bajada nos pone al pie de esta maravilla helada.
Y visto desde abajo la visión no es mas tranquilizadora.
Pero poco a poco nos vamos encaramando, con más esfuerzo del esperado. El sol en estas fechas golpea duro en la parte alta de la cascada y nos encontramos con tramos a limpiar y una autentica ducha fría en lo alto.
Fernan se da un buen susto por culpa de un hielo reblandecido por el sol, por suerte el tornillo y la disipadora cumplen con su función. El año pasado me toco a mí y este a Fernan, "!!cuidadin!!"
Y con este comienzo mitad dulce, mitad amargo nos vamos para Kandersteg, a por más...
Xabi
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